La rebelión de las masas

motiiiin!

 

Veranito: tiempo de leer libros.  Esta vez le ha tocado a Ortega y Gasset: La rebelión de las masas.

Habla “La Rebelión de las Masas” de un mundo artificial incomprendido, global por el dominio tecnológico ya en la época en que se escribió el libro, a principios de siglo XX. Levantado por decenas de generaciones, pero que ha hecho que la presente (referida a la de 1930) haya perdido la perspectiva de lo que es dado y lo que es construido. Todo por una explosión demográfica y tecnológica que hace que la historia y su porqué no lleguen a todos, y se pierda entre la marea humana de la ‘masa’. Y sin conocer el porqué, sin entendimiento, no hay razonamiento posible: sólo imposición de las ideas y la elevación de la fuerza como primera opción..

El hombre-masa es aquel que, independientemente de posición social y status, sigue la corriente de la marea humana sin posibilidad de razonar el motivo de su dirección. No puede razonar porque no tiene las herramientas ni los conocimientos. Pero él, como seguramente todos nosotros, creemos firmemente en unos principios que, ni sabemos de dónde surgen realmente, ni el motivo casual que los provocó. El hombre-masa, creyéndose con los conocimientos y con los derechos, se rebela e intenta llegar al mando que, históricamente, tenía el hombre sabio. Es la rebelión de las masas, rebelión también contra sí mismas..

De esto, de Europa, de las fronteras asfixiantes de los estados que bloquean a un hombre que “puede” pero no sabe hacer con su poder, habla José Ortega y Gasset en “La Rebelión de las Masas”, con una artillería lógica de primera. En esta obra se refleja su visión del presente (su presente) europeo y español. Libro de principios de siglo, pero hoy totalmente vigente, prevé ciertos fenómenos provocados por esta explosión demográfica. Previsiones que, algunas de ellas, logran notable acierto.

Ha sido traducida a innumerables idiomas; hecho que, cómo el mismo Ortega y Gasset dice, más que alegra preocupa: es un signo que la desazón que él experimenta no queda limitada a España o aledaños, sino que es universal a todo el planeta.

El análisis es sobre todo a nivel social. Pero también se pueden sacar conclusiones para el individuo. El hombre-masa, quizás nosotros, no ve que todo en lo que confiamos tiene un motivo para su existencia, quizás ya caduco. Pero sólo el hombre sabio tendrá la fortaleza de espíritu para plantearse hasta sus más sólidos pilares, por muy universales que parezcan.

Recomendable por: Nada mejor para intentar “salir de la masa” que leer obras de pensadores de diferentes épocas, cada uno con sus ideas, con su moral. Nada mejor para ver lo que hay (en caso de haberlo) de universal y absoluto en nuestros principios. Y en el caso de este libro, invita a la reflexión de qué es lo que tenemos, cómo lo hemos obtenido realmente y qué consecuencias nos ha acarreado: en definitiva, de cómo estamos situados, respecto a nuestros antepasados, dentro del mundo que nos rodea

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Zarate, Cambio de Vida… vaya tela!

Quien lo iba a decir: yo en el mundillo de la economía y la bolsa 😛

 

Hace pocos días una amiga me ha
dejado un libro “Cambio de Vida”, de Aitor Zarate.  Es un
ex-jugador de baloncesto que se empapó de libros de economía, y que con mucho
tesón y disciplina, consigue hacerse rico en la bolsa.  Descubre
técnicas secretas, da con claves que nadie conoce, etc… y evidentemente las
comparte en su libro.  Bueno, más bien hace una introducción en su
libro e invita a conocer a fondo sus secretos en unos cursos (nada baratos) que
imparte a domicilio. 

 

El estilo del libro es novelado, en
plan diálogo platónico maestro-aprendiz.  Está claramente orientado
a gente sin ningún tipo de conocimiento bursátil, cosa extraña, ya que si su
método es tan revolucionario, en principio da que pensar que se tratará de algo
sólo accesible a los expertos.

 

Pues bien: el libro no dice nada en
especial ni concreto..  Hace una introducción a los “futuros” (una
forma de inversión bursátil), pregona el SP 500 (un índice bursátil de los
muchos que hay), etc etc…y habla de forma dispersa de "lo que hay que hacer"
diciendo "hay que ser constante", etc… sin concretar.  Pero de lo poco que
dice mas o menos "revolucionario" y que concreta, es un cálculo sobre el cual se
basa en decir que vivir de alquiler sale más a cuenta que hipotecarse. 
Ya se que los números son un poco pesados, pero voy a intentar detallar
el cálculo de marras por que creo que por aquí, se le puede pillar.  Los
números son del propio Zarate; quien no se lo crea puede ver el libro, página
157 en adelante.  

 

Mundo hipoteca contra
alquiler:

 

El
hipotecado:

Imaginemos a un chaval que compra
una casa por 600.000 euros (precio ya normal hoy), y presuponemos una
rentabilidad del 10% cada año, que es lo que sube la vivienda.  Se
hipoteca a 20 años el pobre.  Tendrá que aportar el 20% del valor
del piso como entrada: 120.000 euros del ala.  La hipoteca será,
entonces, por el 80% del valor del piso, 480.000 leros.

Luego, aportará el 10% en concepto
de impuestos, notarios y demás: 60.000 más.

Total, que suelta 180000
eurillos.  Con la hipoteca al 4%, sale una cuota de 2.908 euros al
mes.

 

El que
alquila:

De entrada, se queda con sus
teóricos 180.000 euros en el bolsillo.  En el ejemplo de Zarate
(que representa que son números reales), se ha supuesto que un piso idéntico
sale por 1200 euros de alquiler mensual.

Lo que supone ahora Zarate (y
atentos que tela) es que el chaval alquilador dispone de 180.000 euros para
invertir.  Aparte, como el alquilador gasta sólo 1200 mensualmente
en su vivienda, mientras que el hipotecador 2908, cuenta con la diferencia como
dinero extra para que el alquilador siga invirtiendo: por ello, tendrá
mensualmente 2908 – 1200 = 1708 euritos. 
Para su deducción, Zarate presupone
que el alquilador encuentra una inversión que capitaliza IGUAL
que el mercado inmobiliario (10%), a interés compuesto. 

 

Resultado
final:

El hipotecado, al final de todo,
con la revalorización de la casa al 10% durante 20 años se encuentra que su
pisito vale ahora 2.188.599!.  Casi na!.  Si lo
vendiese por ese precio, le debería restar 275.147 de plusvalía, con lo que le
quedarían 1.733.452.

El alquilador, después
de sus inversiones al 10%, sumando su extra mensual de 1708 que reinvierte,
etc…, se encuentra con… 2.616.055!!, que restando la plusvalía le
quedan…2.177.565!!  Gana el alquilador por un montón de
pasta!!

 

Los números son correctos (doy
fe).  Pero hay un truco para que este hombre diga algo tan "chocante" y que
parece tan "genial".  ¿Dónde está?.  Pues muy fácil: se presupone
que el alquilado INVIERTE su dinero en algo que le da un interés como el mercado
inmobiliario… ¡pero sin sus pérdidas iniciales!.  Coñe…!! Así
cualquiera gana!!  Lo que nos está diciendo Zarate es una
perogrullada del 15: que si no hipotecas, pero inviertes en algo que sea mejor
que el mercado inmobiliario… ganarás más dinero!!  O sea: "si
inviertes en algo mejor, ganarás más!!”  Toma ya!.. nos acaba de
descubrir las sopas de ajo!!!
¿Pero cuál es esa inversión tan buena? Ahora sólo falta que nos diga cuál es esa inversión tan guay que podemos
sacar lo mismo que el mercado inmobiliario pero sin entradas ni impuestos… O
mejor, que nos diga otra que nos de el doble… o el triple…  Así, según esta
lógica absurda, alquilar será el triple de bueno que hipotecar, ¿no?.
 
Total: si tienes un sitio dónde invertir que te dé más rentabilidad
que el mercado inmobiliario, no compres.  Esta perogrullada es lo que nos dice
Zarate en un libro que nos debería "cambiar la vida".

 

Un experto es alguien que debería
estar acostumbrado a tener en cuenta todos los detalles.  Lo bueno es que
Zarate lo ha hecho con impuestos, plusvalúas, etc… , pero se le ha pasado uno
importantísimo: que el alquiler SUBE SIEMPRE con el IPC.  Él ha
presupuesto que el alquilado pagará siempre 1200 euros… pero eso es falso del
todo!!  Es un
fallo muy típico de la gente “de calle” cuando habla de alquileres: no tiene en
cuenta que si bien la diferencia de la cuota mensual es significativa con una
hipoteca al principio, con el tiempo se llegan a igualar o incluso a invertir el
orden.  ¿Cómo puede un “experto” no haber
caído en eso?  En el sistema capitalista y con
la legislación actual, un alquilado c
ada año pagará más por naturaleza,
con lo que cada año tendrá menos margen de inversión respecto al hipotecado,
llegando a ser posible, en los últimos años, que sea precisamente el alquilado
quien pague más que el hipotecado!  Esos
ingresos mensuales que Zarate presupone estables y que utiliza para reinvertir,
en el mundo real serán cada vez menores, hasta ser inexistentes o negativos!!
Total, que tanto “hombre calculador, que domina su temple y que es
psicológicamente de piedra”…y se deja el IPC! 
¡Un error de principiante!

 

Aun tiene suerte que con la "mágica
inversión" que hace el alquilado, un IPC típico aún no consigue que el alquilado
pierda.  Con un IPC del 4% anual, el alquilado al final se queda
con 1.943.284 eurillos.  Mucho menos que lo calculado por Zarate,
aunque aún por encima del hipotecado. El alquilado empieza a perder con un IPC
algo por debajo del 7%, cosa que no supone ningún problema para Zarate: si fuera
el caso, presupondría que el alquilado invierte en algo mejor aún y yastá: de
nuevo "el alquiler mejor que la hipoteca!"… Y se queda más ancho que largo.

 

Todo eso por no hablar
de los ingredientes típicos de libretos de este estilo: alguien que traza un
plan magistral en una noche de insomnio (o similares), que se debe seguir con
disciplina "casi ciega" ("tu cree en ello que llegarás").  Plan el cual puede
parecer raro a los “no iniciados” (así, si cuando empiezan los cursillos no les
funciona, pensarán que es normal), y todo se mezcla con vida exitosa, riquezas,
matrimonio perfecto, lujos….  Bueno el detalle de que, el tío
cuando se sale del plan se baña en el mar a las 6 de la mañana…!!  Sólo lo ha
hecho 3 veces en estos años, dando la impresión de disciplina… pero… 
¿Es que aún no ha aprendido que un plan que no permita el salirse de el
cuando las circunstancias lo manden… no es un buen plan?  ¿O es
que él es tan perfecto que idea algo que funciona sin retoques durante años en
un mundo matemáticamente caótico como es la bolsa?
 
No se yo… pero no me
fío mucho.  El libro da algunas indicaciones buenas, pero que están lejos de ser
algo genial; cualquiera con un mínimo de disciplina monetaria lo sabe: evita
créditos, gasta dinero sólo en lo que te pueda servir de inversión, guiate en la
fiscalidad de ciertos paises y podrás evadir impuestos…..  pos vaya novedad!. 
Y en lo poco concreto que dice mete la pata (el dichoso IPC).  Yo iría con mucho
cuidado con libros de este estilo…
 
Mas opiniones
(contrarias al libro):

 

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Una odisea en el espacio.

2001: Odisea en el Espacio.   

 

    

 

Una de las películas más fascinantes que he visto. Atentos que van spoilers.

 

2001 es una reflexión profunda de un anhelo de Kubrick, pero de paso, de todos los seres con cerebro: el anhelo que surge de la inteligencia con la capacidad de trascendencia.

 

Generalmente se asocia trascendencia con religión o similares, como si ésta tuviese la exclusiva de esta capacidad cual Telefónica con el iPhone.  Pero no es así.

Kubrick y A.C.Clarke relatan en esta historia ese anhelo con ciencia y con mucha carrera espacial de por medio. 

 

Es curioso el detalle de introducir que el mono pasa a ser humano gracias a un monolito.  Y cómo, una vez los humanos demuestran que están preparados tecnológicamente (ha de ser una especie capaz de llegar a la Luna y saber qué son las ondas electromagnéticas para enterarse de que el monolito “guay” está en la órbita de Jupiter), dar el siguiente paso.

 

Se puede reflexionar aquí sobre varios aspectos de esta película:

 

Primero juega con que el paso del “mono” al hombre fue por circunstancias externas, singulares y no naturales cual sentimiento religioso: es el esperar que debemos ser más que un “mono”, que en nuestro nacimiento hay algo de extraordinario que nos distingue de la vulgaridad del resto de seres.  Y que nos espera un futuro que no es éste presente, sino entre los “dioses”, o cerca de ellos (sean lo que quieran ser lo que consideremos “dioses”), representado por el siguiente cambio al cual no podemos llegar sin ese empujoncito “monolítico” y de los que lo pusieron allí.  Lo que dispara el fanatismo por medio planeta es lo que también mueve a mentes tan ultra-racionales como la del Kubrick éste… y de hecho, a la de todos.  El anhelo de ser algo más, y que alguien o algo nos elija como aquellos que nos merecemos pasar a “lo siguiente”.

 

Y es de destacar en segundo lugar que al siguiente “nivel” tenemos acceso …¡por el poder tecnológico!: la idea de que será el conocimiento el que nos llevará al "reino prometido".  Ni ser buenos, ni moral superior, ni leches: hemos de ser capaces de llegar a la Luna pa seguir con esta especie de aventura gráfica a lo bestia.  Se señala que si sigue habiendo pobreza extrema, injusticia o delincuencia en el 99% del planeta, es lo de menos: con llegar a la Luna y algún detalle técnico de más nos basta para encontrar el siguiente monolito y seguir las pistas que nos han dejado.  La "recta moral", nebulosa dónde las haya, no es el camino.   

 

Esto recuerda la idea de que el progreso humano que ha habido en estos milenios es simplemente tecnológico y de conocimientos (y quizás demográfico).  En ningún otro aspecto se evoluciona, o si lo hace, es como efecto secundario de los primeros.  La moral, la forma de la religión y la ética están completamente supeditados a los dos primeros, como marionetas pasivas que son bamboleadas por el viento (y digo viento porque ni siquiera nadie controla sus hilos y decide a dónde ir).  Nos creemos moralmente más evolucionados que nuestros ancestros milenarios, más conscientes de cosas… o peores a teóricas civilizaciones más sabias (?).  Pero si ahora tenemos más conciencia de que no hay que matar (nunca ha habido menos muertes que ahora: dar un ojo a War Before Civilization, libro interesante) es porque la televisión nos muestra qué pasa y porque el control nos cohíbe nuestros instintos asesinos (que tenemos).  Si hay menos guerras en el primer mundo es porque la tecnología ha provocado que la guerra que venga posiblemente sea la última y sin vencedores.  Si Dios ya no está en el cielo es porque los aviones lo han surcado y no lo han visto, y si al final está en otra dimensión es porque los telescopios nos han mostrado que ahí sólo parece haber polvo, estrellas, y energía oscura pa dar por saco a los físicos de las cuerdas.  Si la Biblia pasó a ser una leyenda y no a ser literal es porque la literalidad no cuadraba con la nueva moral para una sociedad de millones de personas que poco a poco iban perdiendo la necesidad de sacrificio extremo por las comodidades (ahora eso de ofrecer hijas pa que las violen y no molesten a los invitados ya no es necesario).

 

En tercer lugar, otro detalle interesantísimo es que HAL, el ordenata de a bordo, se vuelve “malvado”.  No se si es a partir de esta película, pero parece que a la que una máquina se vuelve inteligente inmediatamente le entran ganas de exterminar a todo lo que se mueva a 1 km a la redonda.  En una primera lectura puede parecer que se diga que inteligencia es igual a dar por culo.  Pero realmente se puede interpretar como que inteligencia y bondad (y maldad) son cosas separadas: la bondad/maldad (o como se quiera llamar, leñe) es un instinto involuntario, que un ser inteligente puede modificar potenciándola o recortándola en su beneficio, a la vez que si es sincera influye en las decisiones de la mente “pensante”.  Pero HAL, al no ser un ‘ser’ modelado por la evolución con congéneres de los que posiblemente hubiese sacado partido, sólo tiene la inteligencia “consciente” y el instinto bondadoso no viene de serie.  Para él sólo cuenta resolver problemas sin ese instinto de “no se porqué pero matar me sabe mal” que tanto daño a nuestra propia supervivencia puede hacer a veces, aunque de media nos ayude.  El caso, es que si una máquina es buena con los humanos simplemente será por que uno de sus problemas sea sobrevivir y tenga muy claro que “como me pase de la raya, me van a desconectar… así que voy a ir con la calma que pillaré”.  Seguramente igual que nosotros, aunque este problema no lo tengamos programado en la “RAM”, sino quizás en la “ROM”, dando esa sensación de “bondad” esotérica y absoluta por encima de la razón.  Igual HAL tendría que haber sido así, vete tú a saber.

 

Y también es interesante, en cuarta posición de cuatro de las mil reflexiones posibles, ver la constante idea de que se vive en una época de “punto de inflexión”, de cambio fundamental.  Como en todas las épocas.  Aquí el hecho de salir del planeta es más que un desplazamiento de aquí a allí.  Ese cambio, esos kilómetros que nos movemos en vertical en vez de horizontal, (la peli se hizo cuando EEUU y Rusia se daban de leches a ver quien enviaba el bicho más gordo, durante más tiempo y lo más alto posible),  se refleja y amplifica en un paso hacia lo que esa trascendencia del principio nos hace desear: la paz de llegar a un estado por encima de nuestros problemas.  Los kilómetros, si los hacemos en horizontal nos llevarían al Vendrell… pero en vertical nos llevan a un nuevo plano existencial.

 

Todo el rollo filosófico (que total, lo interpreta cada cual a su bola, como yo), más el manejo de las imágenes con la música, hacen de esta peli una obra de arte, sin duda.  Una de mis preferidas ya no de la ciencia-ficción, sino del cine universal.

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El secreto (Rhonda Byrne)

espero que no sea demasiado largo 😉 

 

Una amiga muy especial me ha recomendado un libro: “El secreto” de Rhonda Byrne (como ves leo muy rápido J).  El libro te ofrece una teórica fórmula (de ahí “el secreto”) de cómo ser felices, de cómo llegar a aquello que deseas.  Para dar validez a sus argumentos, ofrece una serie de “evidencias”: desde eruditos famosos que han conocido “el secreto” y lo han seguido para llegar a sus metas, (Einstein, Krishnamurti, por decir sólo algunos (*)), hasta otros testimonios desconocidos pero con renombre en sus áreas profesionales respectivas, que escriben directamente sus experiencias siguiendo este “secreto”.

 

Pero todo esto es un arma de doble filo.  El libro, como tantos que hay de autoayuda, ocultan un oscuro abismo que queda a la sombra de unas teóricas buenas intenciones de revelación de un camino hacia algo mejor.  Y es que no atacan el problema: sólo lo disimulan dando calmantes inocuos en vez de intentar curar la enfermedad.  Dan explicaciones superfluas y humanizadas a un mundo que desconocen y temen.

 

Este libro (como tantos otros) nos ofrece una escalera, (“la escalera”, “el secreto”) para llegar allí dónde queremos.  Por decirlo de alguna forma: como donde estamos ahora no estamos bien, necesitamos esa “escalera” para salir de aquí; nos compramos el libro que nos la muestra, nos lo creemos y no escuchamos a quien nos dice que nos están tomando el pelo.  Es nuestra esperanza y no la queremos perder.

 

Pero la pregunta real quizá sea ¿por qué quieres subir la escalera?  La respuesta evidente es que dónde estás ahora no estás bien; no eres felíz y no te quieres conformar.  Es como si estuvieses en una roca aislada en un mar monótono y muerto; o peor, rodeado de un ácido que está subiendo.  Y necesitas de esta escalera para salir de aquí e ir donde estés mejor o a salvo.  Aquí, en este libro, el secreto es que si piensas en algo lo atraes.  En llenarte de ideas positivas, de rodearte de cuadros que reflejen tus anelos, de no pensar en negativo, de no pensar lo que no quieres que pase. 

 

Cierto es que tu actitud marca tus percepciones, pero el libro se equivoca totalmente: enfoca el problema en ayudarte a “subir” para estar mejor, cuando el problema real es que antes de intentar salir, debes aprender a estar bien donde estás: el hecho de que quieras salir de dónde estás, que busques una salida, ya es una muestra de que no estás bien y ya está marcando tu actitud de forma negativa.  Es ahora cuando te crees todo, cuando necesitas creer que tienes la respuesta: y te niegas a la razón, que quizá te está diciendo que no vas bien.

 

El primer cambio de actitud que tienes que hacer es no desear salir de tu “roca”: has de tirar la escalera.  No hay tal secreto.  Dejar de creer libros como este.  Mira tu vida ahora y aprende a apreciar todo lo bueno que tiene.  Quizá no sea lo que parece, quizá no sea esa roca en el ácido.  Seguro que vales más de lo que crees. 

 

Y sólo cuando te sientas en paz tal y como estás ahora, podrás empezar a construir “escaleras” si te apetece.  Entonces podrás soñar y, lo más importante, jugar con tus sueños.  Podrás escoger “secretos” y valorarlos en su justa medida.  Y jugar a probar escaleras: un juego que, a la que te canses, podrás volver dónde estás ahora, que es tu casa, que eres tú mismo, sin miedos.  Cuando no necesites de éxito empresarial, podrás jugar a ser un gran ejecutivo.  Cuando no necesites de la aprobación de un público, podrás jugar a ser un gran bailarín.  No necesitarás que el universo responda a tus pensamientos como pretende el libro: no eres ninguna antena, ni te importará no serlo.  No te echarás la culpa a ti mismo porque no te funcione “el secreto”, por que no estarás haciendo mal nada; sencillamente no es cierto.  Ni necesitarás que el mundo sea de una forma determinada.  Como tampoco es que el amor sea ninguna fuerza ni la más poderosa.  El amor es humano (o animal, depende de cómo se entienda), y se queda aquí, sin pasar de la estratosfera:  no es universal ni trascendental, y no es culpa tuya, ni estás mal sintonizado con el cosmos, si el mundo a veces no te corresponde como esperas.  Nadie puede dominar al universo, y no importa que sea así.  Ni tu mente tiene poderes, ni tampoco importa que no los tenga.  Ni como dice Gustavo Bueno, ni existe una misión divina y absoluta a cumplir, por lo que tampoco es culpa tuya no cumplirla.  El día en que te de igual cómo sea el mundo, que te de igual que exista o no la magia, y que exista o no exista Dios no implique nada para tí… ese día será cuando empezarás a ser libre y a escoger de verdad!

 

Por eso es buena la ciencia: por que nos dice qué es lo que sabemos y cómo es de verdad el mundo.  Y la filosofía, por que nos enseña que lo que no sabemos, desconocido es.  Para todos.  Por eso todos estos libros son sencillamente falsos.

 

 

(*) PD:

 

El libro miente totalmente: ni Einstein ni Krishnamurti hubieran creído jamás en “el secreto”: Einstein era un ser hiper-racional (a pesar de las leyendas que circulan, era totalmente ateo y su judaísmo era sólo una herencia cultural).  Su pensamiento está a años luz de cualquier creencia, superstición o mística.  Las citas suyas que salen en este libro no me constan que las haya dicho él ni las he encontrado en ningún sitio.  Igualmente, si así fuera, estarían sacadas de contexto seguro, porque jamás dio ninguna oportunidad a ninguna creencia mas allá de la ciencia.  Y la filosofía de Krishnamurti es, fíjate tu, diametralmente opuesta a lo que vende este libro: precisamente, él dice que creer es simplemente disfrazar al mundo con tus miedos.  Creer nunca te llevará a la paz, sólo disimulará tu guerra y ocultará tus muertos.  Ser valiente significa despojarse de creencias, de supuestos, y primero VER, sin miedos y sin prejuicios.  Cualquier cosa que aceptes sin haber experimentado y percibido será falsa.  Todo lo que buscas como objetivo es falso.  Lo bueno, te vendrá solo…simplemente viviendo.  Nadie puede pensar en lo desconocido: desconocer algo significa no poder darle nombre, no poder ni pensar en ello.  Si lo piensas, si lo buscas, no llegarás.  Totalmente lo contrario al libro, que miente como un bellaco: esto es lo que dice el Krishnamurti de verdad.  Palabras mucho más sabias que las de este libro. 

De los otros que nombra estoy seguro que se podría decir otro tanto; pero sólo a Einstein y Krishna los conozco suficiente como para rebatir.  Y es que es demasiado fácil empezar a poner nombres en una página en blanco.

 

Muaks!!

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De tertulia…

Este finde he tenido una tertulia muy interesante en la playita sobre un tema (no entraré en el qué, que tampoco es lo importante).  La conversación empezó por cauces mas o menos banales, y en un momento dado, me acordé de un estudio (llamémosle estudio Z) que estaba relacionado con el tema que estábamos hablando.  El estudio en cuestión aclara el porqué de lo aparentemente paradójico de lo que comentábamos, desde una perspectiva novedosa.

La conversación siguió el “modelo estándar” que he visto muchas veces:

1- Inmediatamente, la reacción fue de rechazo: que eso no era posible, que la teoría Z no tenía sentido, y que iban en contra de V, X e Y (otras teorías, más clásicas).

2 – Posteriormente mis contertulianos empezaron a poner contraejemplos de casos particulares: “a mí no me pasa eso”, o “tengo conocidos que se dedican al tema y no dicen eso”.

3 – Ante mi insistencia de que ‘Z’ tenía base, que no eran cuatro “mataos” que se hubieran sacado cualquier cosa de la manga, se pasó al relativismo: que “todo son tendencias” y “todo depende de cómo lo mires”. 

4 – Y de ahí, al ver que yo seguía defendiendo a ‘Z’, al “a veces eres un poco cerrado”.

¿Sirvió el debate para algo?  Pues la verdad es que sí:  para mucho.  He sacado conclusiones muy interesantes.  Voy a analizar una discusión “estándar” de las caracteríscas dichas (no hablo precisamente esta última, si no de un compendio de varias que he tenido):

Para el punto 1: El rechazo inicial

El rechazo inicial suele darse sin ni siquiera intención de crítica.  En este caso, Z era una visión nueva que chocaba con V, X, Y (teorías más clásicas); pero normalmente a las personas nos cuesta abandonar la visión de V, X, Y, no ya para aceptar lo nuevo como válido, sino ni siquiera para plantearse la posibilidad de que lo sea.  Y es ahí, precisamente, donde está la cuestión: no es rechazar un plato de comida que no te gusta, sino rechazar un nuevo plato desconocido, sin ni siquiera probarlo.

Y de aquí al 2: ¿Por qué este rechazo? La experiencia personal

¿Realmente evaluamos lo nuevo? No, pero creemos que sí.  ¿Por qué? Por que lo hacemos a través de nuestra experiencia personal. Y es un gran error, ya que nuestra experiencia personal la hemos explicado e interpretado durante años con las teorías clásicas (en este caso, V, X e Y) hasta el punto que hemos identificado experiencia con explicación, como un todo.  Pero se obvia que si bien la explicación interpreta la experiencia, la experiencia no tiene porqué confirmar V, X e Y como únicas posibilidades de interpretación.  No caemos que quizás Z también explique su experiencia, pero, y aquí está el motivo de la dificultad, tenemos omnipresentes ciertos presupuestos que, sin que nos demos cuenta, también vienen de V, X e Y.  No aceptamos Z porque en nuestro análisis, no abandonamos nunca V, X e Y; se dejan presupuestos residuales ahí, axiomas de V, X e Y, pensando que son axiomas seguros e universales mas allá de cualquier teoría: “todo el mundo sabe que…”.  Y como estos axiomas universales, que no lo son, provienen de V, X e Y, la pobre Z no cabe: ni siquiera como “opción plausible”. 

De aquí a 3:

Por muchas referencias que nos presenten, seguimos con evidente sensación de que Z “no cuadra”, sin darnos cuenta de que nuestras experiencias pueden ser perfectamente explicables con ella si viésemos que los axiomas de los que partimos son de las teorías antiguas.  Si el que defiende lo nuevo insiste, empezamos a tomar la posturas relativistas: “tendemos la mano”, con un “todo vale", "lo tuyo será también verdad, pero tu verdad es una visión nueva de la misma verdad” -pero que da, curiosamente, conclusiones diferentes(¡).

Y finalmente 4:

El defensor de Z muchas veces no puede “volver años atrás” y aceptar nuestra “tendida de mano”: y es que quizás en su día ya evaluó (mejor o peor, pero para reevaluarlas necesitaría datos nuevos) su posturas.  Poca gente se da cuenta que, sobre todo cuando la postura que se defendemos es “vox populi”, normalmente es, o fue, el punto de partida de la mayoría de personas, incluido el que defiende Z:  en su día las dió por ciertas como nosotros hoy y, en su momento, contrastando de forma objetiva y leyendo de fuentes (en principio) fiables, vió la luz, dió el salto y se abrió a nuevas ideas.  Cierto es que el salto no lo dió de la noche a la mañana: necesitó de un tiempo de maduración de la idea, y pretende a veces que otras personas lo hagan en una tarde de sobremesa.  Quizás este es el error.  Y claro, si no desiste a tiempo, y cómo no parece aceptar nuestra "tendida de mano", tarde o temprano acaba siendo que “él es el cerrado”. 

Es muy difícil ser abierto de mente.  Y es que ser abierto de mente significa ser humilde, cuestionarte muchas cosas; entre ellas tus experiencias, y de rebote las conclusiones personales sacadas de ellas.  Darse cuenta de lo relativo de la experiencia personal: lo “que te pasa” es sólo “lo que interpretas tú que te pasa”.  No es algo que se aprenda de la noche a la mañana (y no digo que yo lo haya aprendido: estoy en ello). 

Y va más allá del “todo es según el punto de vista”.  De hecho, aceptar todas las opciones como “versiones válidas” no es signo de apertura de mente: sino de falta de profundidad.  Es la postura del que no sabe del tema; del que se cree que “tienes un 50% de posibilidades que te toque la lotería, ya que es o un SI o un NO”.  Sólo el que sabe “qué hay detrás de la lotería” tendrá opciones de intentar colocar, con un mínimo de base, un tanto por ciento más ajustado en cada opción.  Y será el que será tachado de “cerrado” por los que, sin haberse introducido en el tema, sigan poniendo mecánicamente ese 50% a la opción del NO, que el más curioso ha devaluado después de ver que en el bombo hay 100.000 números y solo toca uno.

Por ello, planteo una serie de reglas (un día de estos tengo que recuperar una lista de falacias lógicas, etc… aplicable a discursos, pero a falta de pan…) a bote pronto, para cualquier tertulia que intento seguir:

  • Si alguna vez, en un tema sueltas la frase “todo es relativo” o “todo es según el punto de vista”, reflexiona antes de continuar. 
  • Plantéate también si en algún tema sólo dispones de tu experiencia personal para rebatir.  Nunca te creas que tus comprobaciones, tu experiencia personal o tus vivencias anula ningún estudio, como si tu vida fuese más válida, llena, o compleja que la de los investigadores.  A falta de una investigación metódica, tus prejuicios teñirán inevitablemente cualquier conclusión: el investigador es mucho más probable que haya seguido procedimientos que intenten minimizar el impacto de sus prejuicios personales (este es uno de los objetivos de “hacer ciencia”).
  • Nunca te creas fácilmente que “en lo que caes tú no han caído los que han realizado el estudio”, por muy de sentido común que te parezca.  
  • Evita confundir la excepción con la regla.
  • Nunca ataques “ad hominem” o similares.  No vale el “el que va en contra mío es porque nos engaña", o "lo ha medido mal”, o  “hay intereses ocultos”.  Es el argumento más barato que nadie puede esgrimir.  Desconfía vivamente de libros que defiendan sus posturas basadas en esos argumentos (al menos exclusivamente), por muy documentados que parezcan.
  • Tus axiomas mas profundos pueden ser consecuencia de la propia teoría que defiendes.  Si no los cambias por otros, no podrás nunca evaluar nada nuevo que difiera sustancialmente de lo que crees.  Estarás en un círculo vicioso.
  • Da una oportunidad a algo nuevo. Piensa que una teoría moderna tiene cierta ventaja objetiva: generalmente, los que la enuncian tienen en cuenta las clásicas. Al revés, evidentemente, no puede pasar.
  • Muy difícil: la moral fuera.  Que algo sea moralmente aceptado no tiene nada que ver con la realidad.  Repito: muy difícil, por que los prejuicios morales están increíblemente incrustados en las bases de cualquier persona. 

A falta de más, mi formula, al menos de momento, es esta.

 

 

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El Mito de la Felicidad

…a ser feliz!

 

Acabo de terminar un libro: El Mito de la Felicidad, de Gustavo Bueno.  Me he aficionado a este filósofo, que le gusta tomar las cosas por caminos totalmente diferentes a los que nos tienen acostumbrados el 99% del resto de libros que están en las tiendas.

 

Trata de ¿qué es la felicidad? ¿tiene ni siquiera sentido esta pregunta? ¿los hombres la buscan?. 

 

Empieza dejando de vuelta y media a todos los “libros de autoayuda”.  Dale Carnegie, Enrique Rojas, Luis Rojas Marcos, Jorge Bucay, Manfred Kets, acaban todos en el paredón, tildándo sus libros de basura hacia arriba.  Denuncia que la gran mayoría se limitan a enumerar citas y sacar conclusiones que no dejan de ser versiones descafeinadas y “mal entendidas” de disertaciones ya milenarias.  Es decir, que si te vas a Aristóteles encontrarás el original, mucho más elaborado, y que no hacían falta 2300 años de historia para acabar diciendo lo mismo…y a lo cutre.   

 

Después de la escabechina, empieza con su análisis del concepto de felicidad y todo lo que acarrea.  Y es un análisis, como nos tiene acostumbrados, con una profundidad poco vista: realmente sorprende hasta qué punto puede desmenuzar un concepto.  Y desarrolla sus propias tesis, que es lo que es sin duda meritorio. 

Primero hace un análisis léxico y sintáctico para saber de qué estamos hablando y poner un punto de partida.  Posteriormente ataca el campo de los fenómenos asociados a la felicidad, y lo situa en correspondencia con el espacio exclusivamente antropológico (referente al hombre, vamos)…y lo analiza punto por punto. Un desglose del quince.  Y es que ocuparse de la felicidad acarrea saber dónde estamos y una concepción del mundo prévia.  O sea, que hay que situarse antes! 

 

Pero lo que más me ha gustado es su análisis de las diferentes concepciones de felicidad, dividiéndola en diferentes modelos.  Estas concepciones surgen del entretejimiento de las "teorías" de la felicidad y de las "doctrinas" de la felicidad.

 

Por un lado, se dividen los modelos de teorías según en la dirección en la que se obtiene la felicidad: descendente, ascendente y neutro

 

  • Descendente se da cuando la felicidad está al principio o “es” el principio (en alusión no tanto a una escala temporal sino de concepto), y luego viene la "infelicidad".  Aquí, la felicidad originaria se pierde, se añora.  Nuestro entorno occidental está bañado hasta las trancas de este modelo: Aristóteles y Santo Tomás, padres de nuestra visión del mundo, caen dentro. 
  • El ascendente, en cambio, es el modelo en que la felicidad es el futuro al que es encamina la humanidad en su progresión: venimos de la “no felicidad” y vamos hacia la "felicidad".  Aquí caen gente como Sabelio, Marx, etc…  “El futuro tiene la luz”, vamos.   Las utopías de "un mundo feliz futuro" van por estos lares.
  • Por último, el neutro, en el cual no aparece una dirección clara: “la felicidad viene de la felicidad”, se puede decir.  Aquí se introduce el concepto de “felicidad canalla”: el “carpe díem” que a Bueno no le hace mucha gracia y que por lo que parece Kant tuvo algo que ver. 

Por otro lado, todos estos modelos se dividen en cuatro doctrinas en función si nos creemos que hay cosas por ahí pululando en un "mundo espiritual", etc…:

 

  • Espiritualismo simple (hay entes incorpóreos aparte de los corpóreos),
  • Espiritualismo estricto (sólo hay entes incorpóreos, y la "realidad material" es sólo un reflejo – platónicos, neoplatónicos, por ejemplo),
  • Materialismo unitario (sólo hay una realidad, sin zarandanjas espirituales)  
  • Materialismo pluralista (lo mismo pero sin un modelo unitario, o bien separado en estratos discontínuos). 

La diferencia entre espiritualismo y materialismo es básicamente que el primero cree en la existencia de "entes incorpóreos".  Por otro lado, la diferencia fundamental entre materialismo “monista” (unitario) y “pluralista”, es que el primero tiende a considerar la posibilidad de un “principio de Felicidad” global a todo hombre, mientras que el otro mas bien lo niega: no se puede dar, según el “pluralista”, un principio objetivo en el cual el hombre sea el sujeto en el que recae el predicado “felicidad”. 

 

Por poner algun ejemplo de algunas composiciones: El materialismo monista descendente acarrearía una versión “pesimista” del futuro, y en una concepción extremista, llevaría a, más que hablar de felicidad, de cómo prepararse para el "desastre final".  Algun pensador se hizo eco de, por ejemplo, el Principio de la Entropía (segunda ley de la termodinámica), en el que se enuncia que al universo le espera una muerte fría y desordenada, llegando a decir que, en aras del bien de las generaciones futuras, no gastemos energía, ni siquiera “pensemos” demasiado, que aumenta la entropía (!).  También aquí se incluyen ideas en plan de que el hombre es la vía muerta de cualquier evolución, etc…  Por otro lado, ideas en plan “vamos todos hacia un mundo mejor”, entre las que entrarían las utopías positivas varias, corresponderían con el materialismo ascendente (Marx, por ejemplo).  Total: un pollo.

 

Después de esta descomposición (que ya dice Bueno que no tiene por que ser la única, que tiene seguro sus lagunas, sus límites difusos, y que más de un personaje se puede tomar de varias formas), pasa a demoler “el principio de Felicidad” entendiéndolo como el principio que dice que “todos los hombres desean la felicidad”.  ¿Es eso cierto realmente?. Bueno utiliza toda su artillería para dejarlo hecho una pena. Y es que “el principio de Felicidad” tal y como lo tenemos concebidos el 99% de los habitantes del planeta presuponen cosas que ya son dudosas: por ejemplo, que tengamos un destino o una misión, por empezar a decir algo, o que haya una gerarquía cósmica en la cual el hombre forme parte.

 

Pero lo principal, creo yo, es que pone el concepto “felicidad” a la altura del concepto del “bien”; o que es lo mismo: a la altura de nada.   En una analogía, la pregunta “¿quieres estar en pareja?” es una pregunta vacía: Pepe está con Luisa, Pedro está con Pili… pero nadie está “en pareja” sin más.  La pregunta es como una ecuación de primer grado a la que le falte una variable: es incontestable.  La contestas cuando a “en pareja” pones inconscientemente una imagen de Denisse Richards y dices “SIIII!!!”, o le pones la imagen de una señora en bata en un piso gris y dices “oye pos no!”. A la felicidad no sólo le pasa lo mismo (falta darle significado), sino que la misma “idea de felicidad” ya es algo dudoso si se separa de su sentido metafísico.  Y es que por lo que se ve, las ideas de felicidad de Aristóteles, Santo Tomás, Spinoza… no hablan de lo mismo.  No es el mismo concepto visto desde diferentes ángulos.  “La pareja” aún es un concepto en sí, pero “felicidad”, realmente, está vacío.  No es nada.  Y cualquier pretensión de que lo es, surge porque realmente ya le estás asignando un significado (tomista, spinoziano, kantiano…), que crees tuyo pero no lo es: te lo han transmitido tus padres, tu entorno, la televisión, el cine, los libros de autoayuda esos…, y que al final proviene de una de esas tendencias.  Por ejemplo, todos somos algo tomistas y aristotélicos por que hemos nacido en una cultura impregnada por ellos, y cada vez con más toques budistas…etc.  Y cuando decimos que la felicidad “está en las cosas íntimas”, o “en la búsqueda del bien”, o “en llegar a Dios”, o “está en el ayer”, o “en un futuro en paz, igualdad y hermandad”, o “en los amigos, la familia, las cosas pequeñas de cada día”, o “lo que nos hace sentir bien”…. estamos ya siguiendo, inconscientemente, alguno de los modelos que hemos escogido por simple “preferencia”.  Preferencia que tenemos simplemente por que nos han educado dentro de esa preferencia: total, que antes de explorarlo, ya le hemos dado significado.  Así… ¿cuál es el bueno? ¿uno? ¿todos? ¿la mezcla? ¿hay uno bueno? ¿hay un modelo de esencia de felicidad?.  La pregunta final que plantea Bueno es .. ¿existe como tal no ya la felicidad, sino “la Idea” misma de felicidad?

 

La conclusión es que el concepto de la felicidad surge, posiblemente, de la estraficación estatal de la civilización, de la diferencia que ya se experimentó en las primeras organizaciones sociales.  Que es algo sentimental, de sentimiento de satisfacción común a todos los que creen en el principio, y que lo sitúan como algo "más allá" del "goce".  Pero, lo principal, es que segun la tesis de Bueno la felicidad no sólo NO es uno de los principales elementos filosóficos, sino que cae fuera de la filosofía.  Y que no hay que preocuparse por ello: el hombre "sabio" está por encima de la felicidad, como está por encima de la hipotética misión del hombre o del sentido de la vida.

 

La leche.  Sin duda, un libro para pensar…

 

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Los brujos deberán demostrar sus poderes… OLE!

 

Noticia que me ha encantado.  Si quieres contribuir y sumarte a la petición de que en España también se sometan a control estas actividades, ahí va un link:
 
 
Una directiva europea contra el comercio desleal obligará a adivinos y mediums a probar la realidad de sus habilidades si quieren seguir ejerciendo
 
Una directiva europea de consumo ha puesto en pie de guerra a adivinos, mediums y sanadores espirituales en Reino Unido, porque les obliga a demostrar ante los tribunales sus poderes si alguien les demanda. Hasta ahora, la legislación británica asumía que todo brujo posee las habilidades extraordinarias de las cuales vive, a no ser que alguien probara lo contrario. Mientras que los afectados consideran la ley que adapta la Directiva 2005/9/CE relativa a las prácticas comerciales desleales un ataque a sus creencias, los humanistas ven con satisfacción que el Gobierno acuda en auxilio de la gente engañada por los brujos.

La actividad de videntes y hechiceros está regulada en Reino Unido desde la promulgación del Acta de Brujería de 1735, que acabó con las ejecuciones de quienes decían tener poderes extraordinarios, pero asumió que todos ellos eran artistas del engaño que podían ser castigados con multas o penas de cárcel. Esta ley fue derogada cuando entró en vigor el Acta de Mediums Fraudulentos de 1951, en la que se daba la vuelta a la tortilla: la norma a la cual sustituirá la directiva europea el 26 de mayo presuponía la existencia de ‘mediums genuinos’ -auténticos clarividentes, telépatas, espiritistas…- y contemplaba penas de un máximo de dos años de prisión para aquéllos que se demostrara que eran un fraude.

Negocio millonario

«La dificultad a la hora de probar que un médium no es genuino es probablemente una de las razones por las cuales ha habido menos de diez procesos en los últimos veinte años», explicaba ayer a este periódico Hanne Stinson, directora ejecutiva de la Asociación Humanista Británica (BHA). Esta entidad aboga por una organización social laica libre de religiones y supersticiones, y cuenta con miembros activos tan destacados como el literato Salman Rushdie, el biólogo Richard Dawkins y John Maddox, ex director de la revista ‘Nature’.

Los ‘psíquicos’ -como les gusta denominarse- británicos se manifestaron el viernes ante el 10 de Downing Street, residencia del primer ministro, donde entregaron una petición firmada por 10.000 de ellos para que el Gobierno de Gordon Brown no revoque el Acta de Mediums Fraudulentos de 1951 en beneficio de la directiva europea. El colectivo, cuyo volumen de negocio supera los 50 millones de euros anuales, se enfrenta a tener que advertir a su clientela de que lo que hace -sea curar gente, hablar con los muertos o ver el futuro- es sólo un entretenimiento sin base real o, de lo contrario, a probar sus poderes en los tribunales para evitar multas y hasta la cárcel. «Lo nuestro es un sistema de creencias. Sometiéndonos a las leyes de protección del consumidor, tendremos que probar aquello en lo que creemos. Otras religiones no tienen que hacerlo», se quejaba hace una semana la sanadora Carole McEntee-Taylor, presidenta de la recién nacida Asociación de Trabajadores Espirituales.

«Es un engaño por parte de los espiritistas decir que como practicantes ‘religiosos’ no deben estar sometidos a las leyes de consumo. La industria ‘psíquica’ es enorme y lucrativa, y explota a gente muy vulnerable e ingenua con afirmaciones para las que no hay pruebas científicas», puntualiza Stinson, para quien ha llegado el momento de que el Gobierno actúe en defensa de las víctimas de lo paranormal. «No estamos hablando de libertad de culto. Cualquiera puede creer en lo que quiera, pero, si uno presta un servicio a cambio de un pago, tiene que demostrar que el servicio que ofrece es real, algo que en estos casos es imposible», afirma el abogado Fernando L. Frías, presidente del Círculo Escéptico, asociación que trabaja en coordinación con la BHA y otras entidades europeas en la lucha contra la superstición.

Petición en España

Un portavoz del Ministerio de Sanidad y Consumo español indicó ayer a este periódico que la directiva europea se transpondrá a nuestra legislación este año y confirmó que la norma incluirá implícitamente la exigencia de que los brujos demuestren los poderes por los que cobran a sus clientes. El Círculo Escéptico va a reclamar, además, al Gobierno central y a los Ejecutivos autónomos que la ley contemple medidas preventivas, dentro de una petición que va a colgar en su página web (http://circuloesceptico.org), «abierta a la firma de quien quiera que se regule un sector que se aprovecha de la buena fe de la gente».

«Las autoridades tienen que apostar por la prevención, por la vigilancia del mercado de lo paranormal, como se hace con el de los juguetes y el de los complementos dietéticos. Estamos hablando de un tipo de fraudes que en muchos casos tienen graves consecuencias económicas y para la salud de las víctimas», sentencia Frías.

 
 
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El software libre…. buff…

no se yo

El software libre (SL): reconozco que es oir hablar del tema y ponérseme los pelos de punta; y es que en el mundillo del SL hay gente que, habiendo programado mucho, poco o nada, van dejando caer ciertas ideas que me fastidian.  ¿Que porqué me fastídian? Por que esas mismas ideas han sido con las que me he tenido que enfrentar cuando lidiaba con comerciales, jefes, clientes y demás, que han “rozado” el mundo de la programación y me han generado mas de una temporada de dejarme horas en una oficina y de sentirme poco valorado por sus teorías de lo que representa “hacer software”.

 

Hay dos ideas que considero básicas:  la primera, que un software que cambia de manos se degrada inevitablemente.  La segunda que el software NO es conocimiento.  Las dos están interrelacionadas:

 

La pretensión de que todo el conocimiento se pueda transmitir vía lectura de código, como si éste fuera lo importante y tuviese todo lo necesario, es confundir, en palabras de Kenneth Pike, una transcripción ‘emic’ de una ‘etic’: una transcripción ‘emic’ es aquella que no sólo transmite los agentes representativos (el código), sino además el significado, esencia, motivo y relación con la disciplina de fondo que les ha dado forma.  En cambio, el código fuente, por sí mismo, es un ejemplo de transcripción ‘etic’: son los agentes, pero desprovistos de significado.  Según la definición antropológica (que es de dónde salen estos términos raros), en una transcripción ‘etic’ el significado no ‘viaja’ con el mensaje, sino que en todo caso, se lo reasigna el receptor (sin que tenga por qué coincidir, y de hecho nunca lo hace sin aprendizaje previo, con el creador/emisor).  

 

Por ejemplo, nosotros podemos ver en un código una serie de operaciones algebraicas: sumas, restas, divisiones, multiplicaciones.  Eso es el conocimiento ‘etic’.  En este entorno podemos ver si alguna división en ocasiones tiene un 0 en el denominador y corregir ese error con alguna advertencia, por ejemplo.  Pero lo que no podemos ver en el código es que esas operaciones forman parte de un algoritmo que, por ejemplo, implementa una versión de la transformada de Fourier por que la intención del programador era pasar a domínio frecuencial unas formas de onda, para hacer una convolución en forma de suma, y evitarse costosas multiplicaciones recurrentes.  ¿Qué es la transformada de Fourier? ¿Qué es una convolución? ¿Lo debería explicar como comentario el código? ¿Hasta dónde debe llegar un comentario en el código? ¿Hasta un tratado completo de tratamiento de señal?  ¿Cada código que hago con la transformada de Fourier debe llevar consigo un tratado completo de tratamiento de señal? ¿No sería mejor que hubiera una reseña a un libro de tratamiento de señal?… y si es así… ¿no es cierto que el conocimiento ‘emic’ QUE NO ESTA EN EL CODIGO, sino más bien en el libro de tratamiento de señal, pasa a ser el más importante para la resolución de un problema de tratamiento de señales?  ¿No es cierto que el código al final, lo único que enseña es a codificar?  ¿Y quien soy yo para ser modelo a seguir para codificar nada? ¿Acaso soy tan bueno codificando?

 

Sigamos con las preguntas… ¿Y si en el fondo la transformada de Fourier no la estoy utilizando para tratamiento de una señal, sino que he captado intuitivamente una analogía entre un problema que nada tiene que ver con el tema de señales? ¿Acaso en mi código estará implícita mi intuición y la situación en la que estaba intelectualmente para dar ese paso? De hecho, en este caso… el conocimiento ‘emic’ ni siquiera estaría completo en un libro de tratamiento de señal.  ¿Y si no fuera la transformada de Fourier, sino un algoritmo totalmente nuevo que he ideado para esta solución particular?  ¿Tengo que explicar paso a paso toda mi experiencia vital que me ha llevado hasta esta deducción? ¿Tengo que explicar qué es una celda de Voronoi, el producto vectorial, la geometría aplicada, una derivada, el teorema de Nyquist, el algoritmo de trazado de líneas que me ha dado la idea para comprimir un gráfico?  De hecho, si documento el código/añado comentarios… ¿no es ya un primer paso en admitir que el código, por sí solo, es una fuente muy limitada de información que necesita de explicación?

 

Aparte de que el código puro y duro sólo es la parte ‘etic’, la transcripción ‘emic’ de un conocimiento es muy costosa y dificilmente perfecta.  Da igual si la hacemos vía comentario del código, vía documentación adjunta, referencias a tratados científicos o explicaciones de leyes físicas.  Y es que la parte ‘etic’ de un mensaje escrito es, en una analogía, la sintaxis y ortografía de un lenguaje, pero las ideas ‘emic’, que son las que llevan consigo comprensión, el auténtico conocimiento, son toda la sabiduría que ha llevado a generar ese código en disciplinas que no tienen (o no tienen por qué tener) nada que ver con la informática, mas las deducciones creativas explicadas que ha tenido el programador en la resolución de ese problema.  Este conocimiento ‘emic’, que puede contener en sí mismo muchísima más información que el código en sí, necesita de una explicación aparte, con un lenguaje aparte que cumpla con dos características: claridad y precisión.  Y el código de un lenguaje informático no es ejemplo de eso:

 

Por ejemplo, el lenguaje natural es poco preciso por su ambigüedad, pero nos resulta claro, directo y fácil.  El lenguaje del código es preciso, pero es poco claro, por que NO ESTA DISEÑADO PARA INTERACTUAR ENTRE HUMANO – HUMANO, sino HUMANO – MAQUINA.  En cambio, un lenguaje que cumple con estos requisitos podría ser la lógica proposicional, diseñado precisamente para transmitir conocimientos de forma inequívoca y concisa, a la par de diseñado para la transmisión entre humanos.  Por ello, el auténtico conocimiento se transmite tradicionalmente con lenguajes como la lógica proposicional.  El código es innecesario y poco óptimo como transmisor, por que está orientado a la máquina: es simplemente la traducción de esa idea, de ese conocimiento, para que una máquina lo ejecute: es la IMPLEMENTACION de un conocimiento.  En el fondo, el código sólo da, a nivel formativo, información aclaratoria, práctica y/o ilustrativa desde el punto de vista de cómo implementar ese conocimiento en una “máquina de Turing”, con sus atajos y sus modificaciones para hacerlo viable y práctico, en sacrificio de la precisión y/o resultado óptimo.  El código no solo no lleva la comprensión, sino que ni es el lenguaje adecuado para transmitirla, ni tan siquiera es la idea original por la "contaminación" inevitable de la plataforma sobre la que se implementa (y de los objetivos secundarios que busca u orienta un programador, que pueden ser muy variados).

 

A partir de esta "no distinción" ‘emic’ – ‘etic’, surgen pretensiones erróneas:  por ejemplo, en una empresa con la operativa de que “todos los programadores toquen un poco de cada código”, pensando que así todos conoceran todo el código (o que por que dominen la parte ‘etic’ dominarán la parte ‘emic’).  Al final, el resultado es que nadie domina una parte ‘emic’ que se ha diluido entre todas las intenciones: en vez de que todo el mundo sepa de todo, nadie tiene ningún código en la cabeza, nadie controla nada. 

 

O “busca un código que lo haga por Internet y añádelo a tu programa”, como si codificar fuera algo mecánico cuyas piezas encajan siempre sin problemas por que “las cosas sólo se hacen de una forma y por tanto, lo que tienes que hacer tú lo habrá hecho igual el que está en Australia”: no por que ‘etic’ coincida (la sintaxis coincida, haga lo que tiene que hacer y compile), las ideas ‘emic’ del “porqué” estan orientadas en la misma dirección (un ejemplo de esto es cuando compramos un paquete software fast-code y que luego nos damos cuenta de que no nos sirve porque la facilidad de implementación muchas veces está reñida (es casi una ley universal) con la eficiencia en ejecución, la cual nos aparece limitativa).  O, por ejemplo, en un proyecto desastroso que estuve en el que los responsables no explicaban la parte ‘emic’.  El proyecto no levantaba cabeza, y creyeron que contratando a “programadores buenos” les salvarían.  No cayeron que un programador puede ser increíblemente bueno, pero si no se le explica el “significado” del código que tiene delante, seguramente no lo continuará de forma óptima ni en la dirección que trazó su antecesor.  Por que esa información NO está en el código.  Y si esto se repite tantas veces como pasó en ese proyecto, al final el código es una madeja indeterminada que no tiene dirección ni estructura.  Sólo es un amasijo ‘etic’.  Código sin significado y abocado al fracaso (como al final sucedió).  O la pretensión de algunas tendencias del SL: “libera el código para que la gente lo amplíe”.  Mal lo ampliará si no adjuntas lo importante: transcripción ‘emic’, explicación, intención.  Eso es lo que libera el conocimiento, es lo que hace entender el qué.  El código final, es en el fondo, irrelevante.  Por cierto, a nota curiosa: la empresa del proyecto desastroso es una de las puntas de lanza del SL en Catalunya.  Es el único proyecto en el que he participado y ha fracasado.

 

Como conclusión: la pretensión de que el SL sea moralmente defendible como liberación del conocimiento es confundir el fondo, ya que toda esta pretensión es secundaria.  El conocimiento puede pretender ser libre; pero el conocimiento real, el de verdad, el que encierra comprensión, que es el ‘emic’ en definitiva, NO ES el código.  Lo moralmente defendible sería la no privacidad de conocimiento ‘emic’.  Podría decir, en principio y sin entrar en análisis más profundos, que el conocimiento cuyo acceso libre es más moralmente defendible es el conocimiento ‘emic’ de “primera necesidad”.  Es el que podría provocar el abuso por parte de los propietarios: por ejemplo, el bloqueo de acceso a recursos de un sistema operativo, que es un artículo de “primera necesidad” en el mundo virtual del software.  No es casualidad que el “maligno” en este mundo sea Microsoft, con su sistema operativo Windows, y que una de las banderas del software libre sea Linux, que entre los miles de tipos de aplicaciones que existen sea precisamente otro sistema operativo.  Aparte, un sistema operativo tiene una ventaja: su conocimiento ‘emic’, el significado de sus partes, está muy extendido.  De hecho dispone incluso de dos asignaturas en la mayoría de las carreras técnicas informáticas.  Por ello, genera la falsa ilusión de que “con el código y pocas explicaciones es suficiente”; es un espejismo provocado por el conocimiento ‘emic’ que ya poseen los que han estudiado estas asignaturas o leído la innumerable documentación sobre sistemas operativos existentes.  Pero el software libre sólo libera conocimiento ‘etic’; sólo libera conocimiento de cómo se ha codificado ese código, de la misma forma que un Renault Megane sólo es conocimiento de cómo se hace un Renault Megane.. ¡¡y nunca de cómo se hace un invento llamado “coche”!! 

 

Y es que a veces, el software libre aparece como la pataleta final de quien ha llegado tarde a conseguir el monopolio en un área, y sólo le queda ofrecer su propio código como valor añadido (y si no, que se lo pregunten a NetScape).  Pero sí…software libre sí, al menos como complemento.  Aunque el grito auténtico mejor lo dejaré, al menos de momento, en un sí al conocimiento libre.  Pero eso sí, el conocimiento de verdad, al que transmite comprensión y no sólo al que nos va a permitir reproducir algo ciegamente, o en el mejor de los casos, avanzar de forma no óptima. 

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Aforismos: sobre el amor

El otro día leí el libro “Viaje al Amor”, de Eduardo Punset.  Libro ameno y fácil de leer, que explica cómo el amor (y desamor) cada vez más está entrando en el campo de la ciencia; cosa notoria, dado que es algo ya de entrada difícil de definir: algunos hablan del amor como “una inclinación”, o como “un afecto”, “un apetito”, “una pasión”, “una aspiración”…  

El amor, en este caso el amor “romántico” de la pareja (hombre – mujer, en el caso hetero al menos), es un sentimiento muy fuerte que desata todo un vendaval de respuestas físicas y químicas, que acaban generando comportamientos locales no demasiado razonables.  El amor nubla el entendimiento del que lo sufre, y siendo una respuesta que afecta a algo tan complejo como el cerebro, es ciertamente difícil de acotar.  Toda esa aureola de “desrazón”, todo este “desbordamiento” pasional, genera la imagen de que el asunto “da la impresión de estar más allá de toda medida o razonamiento”.  Pero lo cierto es que, según Punset (y la verdad, en apoyo a Punset, otros autores que había leído antes), hay muchas respuestas que podemos medir y reproducir de una persona enamorada: ya se sabe como potenciar, anular, reconocer y controlar el enamoramiento desde un laboratorio vulgaris.  Podemos hacer ratones que no se enamoren, que pasen de todo.  O al revés. 

En el libro salen cosas interesantes: se ha dilucidado que el amor romántico y el amor de madre realmente no es tan diferente como aparenta: dispara exactamente los mismos resortes en el cerebro.  Y el desamor tres cuartos de lo mismo con respecto al abandono que sufre el hijo ante la ausencia de la madre. 

Y que el amor, por mucho que se disfrace de lo contrario, es en su mas íntima base, egoísmo.  Ya en otros libros (creo que fue en La Tabla Rasa, de Steven Pinker) explicaba el motivo del cortejo a la hembra: de porqué los machos se exhiben, y son las hembras las que eligen (al menos de entre los machos que se les exhiben).  El porqué de la tendencia a la promiscuidad de los machos en mayor medida que las hembras.  Y que todo no es más que una lucha entre las necesidades de ambos sexos; necesidades egoístas, en las que los dos sólo estaban dispuestos a ceder en lo indispensable para obtener del otro lo que desean.  ¿Y qué es lo que desean?  Pues nada en concreto.  Pero ese deseo ciego es el mecanismo que provoca la costosa unión para mezcla y continuación de la extirpe genética…

 

Para acabar… unos cuantos aforismos:

 

¡Qué sabios son aquellos que únicamente son tontos en el amor!. – James Cook

¡Si la juventud supiese. !¡Si la vejez pudiese…! – Henry Estienne

Una relación es el precio a pagar por querer tener una. – anónimo

¿Qué sentido tiene correr cuando estamos en la carretera equivocada?  – Proverbio alemán

Al amor lo pintan ciego y con alas. Ciego para no ver los obstáculos y con alas para salvarlos. – Jacinto Benavente

Amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los dos en la misma dirección. – Antoine De Saint Exupéry

Buscamos llenar el vacío de nuestra individualidad y por un breve momento disfrutamos de la ilusión de estar completos. Pero es sólo una ilusión: el amor une y después divide. – Lawrence Durrell

Caer está permitido. ¡Levantarse es obligatorio!. – Proverbio Ruso

Casarse está bien. No casarse está mejor. – San Agustín

Cásate; si por casualidad das con una buena mujer, serás feliz; si no, te volverás filósofo, lo que siempre es útil para un hombre. – Sófocles.

Cualquier hombre puede llegar a ser feliz con una mujer, con tal de que no la ame. – Oscar Wilde

Cuando se habla de estar enamorado como un loco se exagera; en general, se está enamorado como un tonto. – Noel Claraso

Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros.  – Miguel De Unamun

El amor consuela como el resplandor del sol después de la lluvia. – W. Shakespeare

Cuidado con la tristeza. Es un vicio. – Gustave Flaubert

Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.  –Antonio Machado

El acto sexual es un saludo que intercambian dos almas. – Macedonio Fernández

El amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos. – William Shakespeare

De mis disparates de juventud, lo que me da más pena no es haberlos cometido, sino no poder volver a cometerlos. – Pierre Benoit

El amor es emoción, y el sexo, acción. – Madonna

El amor es la más noble flaqueza del espíritu. – John Dryden

El amor es la pasión por la dicha del otro. – Cyrano De Bergerac

A amor mal correspondido, ausencia y olvido  – anónimos

El amor es un espíritu dentro de dos formas. – Percy Shelley

El hombre que no ha amado apasionadamente ignora la mitad más bella de la vida. – Stendhal

El amor es una amistad con momentos eróticos. – Antonio Gala

El amor es una tontería hecha por dos. – Napoleón

El que bien te ama, bien te hará llorar  – anónimos

El amor hace pasar el tiempo; el tiempo hace pasar el amor –  Proverbio Italiano

El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido. –  Ramón Llull

El amor no es sólo un sentimiento. Es también un arte  – Honorato De Balzac

Es sonso el cristiano macho cuando el amor lo domina – Martín fiero

El amor no tiene cura, pero es la única medicina para todos los males. – Leonard Cohen

El amor nunca muere de hambre; con frecuencia, de indigestión. – Niñon De Lenclos

El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído. – Concepción Arenal

El amor puede ser un pasatiempo y una tragedia.- Isadora Duncan.

El amor que nace súbitamente es el más tardo de curar. –  Jean De La Bruy&Etildere

El amor que pudo morir no era amor. –  Anónimo

Para hacernos amar no debemos nunca preguntar a quien nos ama “¿eres feliz?”, sino decirle siempre “¡qué feliz soy!” – Jacinto de Benavente.

El amor y la tos no pueden ocultarse. – Proverbio Italiano

El amor tiene fácil la entrada y difícil la salida. –  Lope De Vega

El beso es el contacto de dos epidermis y la fusión de dos fantasías. – Alfred De Musset

El cristianismo ha hecho mucho por el amor convirtiéndolo en pecado. – Anatole France

El deseo vence al miedo. – Mateo Alemán

El hombre ama poco y a menudo, la mujer mucho y raramente. – Jan Basta.

A veces vivir ausente de compañía, no significa sentir la soledad. – anónimo

El amor es el único heredero de nuestros sueños, ilusiones e ideales. – anónimo

Ama a quien no te ama; responde a quien no te llama; andarás carrera vana  – anónimo

Amor es el verdadero precio del amor  – anónimo

Besos y abrazos no hacen chiquillos, pero tocan vísperas  – anónimo

El que de mozo no corre su caballo, lo corre de casado. – anónimo

El querer y el amar no son sinónimos: el querer lo exige todo, el amar lo entrega todo. – anónimo

Es cierto que no te quiero tanto como cuando éramos novios.  Pero es que a mí nunca me han gustado las mujeres casadas  – anónimo

El amor más fuerte y más puro no es el que sube desde la impresión, sino el que desciende de la admiración – Santa Catalina de Siena

El novio: a los veinte que venga, que tenga y que convenga.  A los treinta que venga y que tenga.  A los cuarenta que venga, que venga y que venga. – anónimo

 

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La caída del conquistador

 

¿Qué es lo que tiene esa chica que no me pone? …si, es guapa, pero no se que es lo que tiene que no me atrae pa nada.  O… no se que hacer para conquistar a esa chica.  Algo estoy haciendo mal.

Un descubrimiento (personal) reciente ha desmoronado (mas si cabe) el fatal mito del conquistador infalible.  Y la razón tiene que ver con la genética.

Imaginemos un gen determinado (le podremos el nombre 4037 tal y como lo leí en el libro del que saqué esta información).  Este gen, actuando libremente, genera una proteína propia, que él mismo codifica.  Los genes suelen hacer eso, es lo que tienen.  Pero imaginemos que justo antes de este gen, en este mismo segmento de ADN, se encuentra un regulador que lo inhibe y lo deja completamente inactivo, cual funcionario en horas de trabajo.  Debido a esto, la proteína esa no se genera.

Imaginemos que el elemento regulador es sensible a cambios de temperatura, e imaginemos que la proteína que codifica 4037 tiene qué ver en el comportamiento sexual.

La conducta sexual suele ser estacional.  En invierno hace frequito, y el inhibidor está tan pancho.  En cambio, en verano, el calorcito poco a poco le va afectando, de forma que a medida que va aumentado la temperatura van desactivando inhibidores.  Más y más células empiezan a tener activos sus 4037’s, y empiezan a generar la proteína de marras y a soltarlas a la buena de Dios por el cuerpo serrano.  Si esa proteína afecta al sistema nervioso, puede acabar, superado un cierto umbral proteínico en la sangre, desencadenando un estado de excitación determinada.  En este caso, es que todo el mundo le piquen “ciertas partes”, y se ponga a saltar, a aullar, y a babear ante un miembro del otro sexo. 

El caso es que esta activación de los genes no sólo es por temperatura.  De hecho es mas común por tema de ‘luz’ y de horas de insolación.  Pero también puede venir dado por los olores:

Los olores corporales asociados al sudor, por ejemplo, viajan en forma de moléculas por el aire.  Estas moléculas son las que respiramos.  Esto acaba llegando al torrente sanguíneo, y de ahí a las células.  Las moléculas del sudor son activadores (o no) de los inhibidores del genoma.  Gracias a ellas, los individuos de muchas especies reaccionan violentamente ante, por ejemplo, extraños… pero en cambio, con parientes cercanos cuya composición química del sudor no difiere tanto, no se disparan las alarmas de la mala leche, y consiguen que no nos pongamos como energúmenos ante familiares y los consideremos (al menos de entrada) como una amenaza.  Ya ves… simplemente por cuestión de olores imperceptibles.  Lo mismo pasa con las relaciones con el otro sexo.  Depende del olor corporal, tendremos una reacción u otra.

Evidentemente hay otros factores que ayudan… Pero de hecho esto es lo que nos desconcierta: que factores a priori más evidentes queden enmascarados por éste, haciendo que el atractivo físico y el encanto no sean tan determinantes a la hora de determinar "quien nos pone".  Este es, al menos, una de esas cosas que, si bien quitan magia al asunto… como mínimo nos ayudan a superar a aquella chica que al final se fue con “aquel tío bajito y feo que no me llega a la suela de los zapatos”.  Mira por dónde… tampoco era cuestión de que la chavala tuviera el gusto dónde yo me sé… Cagüen la química.

 

El libro de marras: El Mono Enamorado

 

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